Terminal Terrestre de Tulcán
Una terminal de buses abarrotada de pasajeros es la imagen que se vive en Tulcán desde tempranas horas de la mañana, en la frontera norte, donde cientos de viajeros, entre ecuatorianos, colombianos y otras nacionalidades, buscan un boleto y un bus para movilizarse al interior del país.
Ramiro Peñafiel, agente despachador de la boletería única de esta terminal de buses, explicó que para cubrir la demanda de pasajeros se tuvo que sacar frecuencias extra. Si a Ibarra el costo es de 2,50 dólares con la frecuencia extra ese monto sube a 3 dólares, mientras que la frecuencia a Quito para con la frecuencia extra de $4,85 a $6,30.
Estos valores de frecuencia extra son puestos a consideración de los usuarios que hacen la fila con ayuda de personal policial, que garantiza no exista desmanes y se pueda despachar a los viajeros con rumbo a sus destinos. Otros en cambio deciden esperar la frecuencia normal. En la interminable fila, Liliana Ortiz, colombiana originaria de Pasto (Nariño) con su familia optó por escoger la frecuencia extra para dirigirse a Quito, donde vive desde hace 5 años.
“Si me quedo esperando la frecuencia normal me toca esperar más de la cuenta” acotó. Por otro lado, mientras la fila sigue creciendo con la llegada de más viajeros, existen conductores de taxis que ofertan carreras hasta Quito a un precio de 140 dólares, para algunos como Amparo Benavides, estudiante universitaria, es un precio exagerado, “los taxistas quieren aprovecharse de la necesidad de viajar, pero como no es obligatorio y el que tiene dinero suficiente puede optar por viajar en taxi”, dijo.
En la parte baja de la estación de buses interprovinciales, personal de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) en Carchi efectúa controles a las unidades, que cuenten con los implementos de seguridad, incluso hacen la revisión de los neumáticos antes de que estas salgan a las carreteras, al igual que el control de los valores de los pasajes que no excedan más de la cuenta. Yadira Pozo, directora de ANT en Carchi, indicó que las frecuencias extra son las que cuestan un 30% del valor normal, por lo que se controla que no se pasen de ese valor extra. Agregó que en coordinación con la policía se hace el control operativo en terminales, para revisar tarifas autorizadas (resolución año 2003) y preferenciales (dispuestas para menores, adultos y discapacitados).
A los controles también se suman los que efectúa los efectivos de tránsito, Dinapen, Policía Judicial y otros. Según la Subzona de Policía del Carchi, para el feriado se dispuso 355 servidores policiales, entre oficiales, clases y policías. Los uniformados se desplegaron en las zonas de mayor concentración ciudadana, sectores comerciales, turísticos, vías de acceso y otros con la finalidad de precautelar la seguridad de los turistas nacionales y extranjeros. Para Irene Rosero, madre de familia oriunda de Quito, que arribó a Tulcán para visitar a su familia, no imaginó que sería complicado regresar a Quito.
“En años anteriores aunque había filas era más fácil viajar, ahora está demorado y toca esperar por conseguir un pasaje”, señaló.
Hasta las 16:00 de este domingo, la terminal de buses continuaba llena de pasajeros, incluso algunos como Liliana Pinzón, colombiana junto a su familia armaron una carpa en los exteriores para descansar a la espera de conseguir un bus para viajar.
Quizas se busca un orden por parte de la Agencia Nacional de Transporte,en la venta de los boletos,aunque también se debe pensar en la alternativa de volver mas ágil,entonces el Servicio de transporte,ya que muchos tienen interés de llegar,pronto a su destino.
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